jueves, 31 de marzo de 2011

Volveré

Resulta que un grupo de alpinistas que estaba escalando el Mont Blanc ha descubierto la prueba indiscutible de que mi marido me quería...

Les dejo este espectáculo visual... este fragmento con sabor a todo... la mecha que deberá encender todas sus pretensiones...

No dejen escapar ésta oportunidad... ¡vayan a por ella!.

Disfruten... Feliz tarde.

jueves, 24 de marzo de 2011

be quiet · Op1



Hoy les dejo ésta maravilla. No es casualidad, ni capricho ni vagueza. Simplemente forma parte de un sueño. Escribiré algo sobre ello en los próximos días... estoy en ello.

Feliz tarde. Descansen y disfruten.

domingo, 13 de marzo de 2011

H2Ojalá

panadero (1)

H2Ojalá que de tu boca se desprenda agua bendita que mitigue algún que otro efecto secundario venido del té, los golpes o las maldades.
Ya no quedan otras horas como aquellas porque las horas ya no son semanas, ni los segundos llegan a ser días, ni hay tic tac sonoro ni el sol frecuenta del mismo modo las orillas de los charcos, ni el sacerdote cura su espanto en las misas. Tampoco el mar es el mismo, ni las secuencias, ni el cine ni las lámparas, tampoco el gas ni el color de lo coloreable en un lugar como este donde habito, o sea cual fuere. Ni tan siquiera el pan es el mismo y sin embargo si llega a ser eterno y tierno.
Ahora hay un sol definitivo y puede decirse que cómodo, voy regresando a las andadas. He vuelto a recuperar la confianza en mí mismo y empiezo a considerarme afortunado  solo con mirarme al espejo cada mañana.  Una ducha rápida, café, una fruta no tropical y un beso fugaz a cualquier planta sin necesidad de que sea por orden alfabético.
H2Ojalá. Porque ya no entono meas culpas y puede decirse que reconozco en mi algo de truhán y superhéroe. No necesito un carnaval para fingir que en realidad soy un super hombre, que puede bajar un gato de un árbol sin ponerse capa ni ropa interior por fuera del pantalón como acostumbran otros superhéroes de tira cómica y serie televisiva.
H2Ojalá. Convertirme una vez más en un animal que no cesa, que puede llegar a retorcerse sobre su propia planta como una columna salomónica si vive algo cierto cuando mezcla química no promiscua.
H2Ojalá. Porque me he sobrepuesto al período interplanetario de un desierto hecho a base de Marte rojo e incandescente. Sediento de vivir al fin lo que merecía. He vuelto a mi lugar de origen, como quien regresa a casa herido y encuentra una gasa tibia que aminora el dolor y la mudez, que mitiga el espanto y reduce la consecuencia y elimina la catarsis.  Porque he recuperado el olfato, el tacto y agudizado la vista. Porque ahora el gusto es diferente, más regular y apócrifo, más constante y adecuado.
H2Ojalá porque donde ahora vivo encuentro cosas con las que ser dicharachero y romántico una vez cada 8 horas sin receta médica. Hay un frutero ambulante con voz de ambulancia que una vez al mes toca mi puerta y mira hacia arriba, hacia la ventana, como buscando alguna sombra que me identifique.
Le hago llamar Robin (de Hood) porque a pesar de llamarse Nicolás, es un Hood muy activo y vital para mi deleite. Robinicolás no es frutero ni nada que se le parezca. Su oficio es robar poca fruta pero selecta y única y la trae al pueblo, sólo a 11 personas que no distan unas de otras 400 metros radiales. Hoy han tocado fresas. Y el mes que viene nos sorprenderá con algún nuevo robo hoodiano  que  me permitirá marcarme unas macedonias de vértigo.
Como Robinicolás, H2Ojalá encuentro otros personajes y otros muchos gestos que hacen que mi estancia aquí sea un paso obligatorio para aprender que en realidad yo pude vivir otra vida, en otro lugar muy diferente y sin embargo no fue porque de haber sido no estaría escribiendo este H2Ojalá migratorio.
H2Ojalá porque ya no queda lamentarme, solo cerrar los ojos y sentir inmersa la reacción misma de la tarde, los sonidos impávidos, el gorgotear de una fuente no muy lejana, el olor de dos hemisferios hechos a partir de una naranja y la temperatura del sol sobre la cocina inundándolo todo. Por ejemplo. Y nadie va a negarme sustituir una cosa por otra. H2Ojalá porque si quiero mar muy de repente, tan sólo tengo que ir hasta la enorme nevera, abrir la puerta y sentir la brisa no frost*** con filtro antigérmenes.
Tengo suerte de ser mortífero. De dar fin a cosas que nunca tuvieron vida propia. Destruyo con cautela aquellos caminos que bien por engaño o bien por desdicha no elegí. Ya no importa si elegí mal o erré.Ya no sufro porque ya no siento daño. Porque ya no hay un verdugo que roce cada día mi nuca con la punta de una guadaña de acero aleado a base de mentiras. Qué frío… y qué bienestar al fin.
Y que lindo sentir que H2Ojalá tu boca rica en todo lo beneficioso para mi salud, me de con tino eso que H2Ojalá con suerte no olvidaré jamás.

H2Ojalá descansen…

Gracias.

sábado, 5 de marzo de 2011

Superarse

1176_Tomando-sol

Tres hermanos caminaban una tarde de vuelta a casa. El sol se estaba poniendo y el mayor de ellos propuso un juego a sus otros dos hermanos: lanzar una piedra lo más lejos posible; ganaría aquél que llegase más lejos.

El mediano miró a sus hermanos y les dijo-  ¿veis aquel árbol? El que está allí, pasando la valla...

- Sí. - respondieron ellos.

- Voy a llegar hasta allí con esta piedra.- dijo. Cogió una piedra y la lanzó con toda su fuerza. Todos vieron cómo volaba la piedra durante unos segundos. Superó la valla y fue directa al árbol. Cuando caía, reconocieron el sonido de la piedra atravesando la copa del árbol.

- ¡Lo conseguí!- Exclamó entusiasmado.

El mayor se apresuró a superarlo. Cogió una piedra y dijo- ¡Yo voy a llegar al arroyo que hay detrás del árbol!-. Lanzó la piedra con toda su fuerza y todos vieron cómo volaba.

La piedra superó la valla. Luego superó el árbol. Al cabo de unos segundos escucharon, casi inaudible, el ruido de la piedra entrando en el agua.

- ¡Lo conseguí!- Exclamó igualmente.

El pequeño, silencioso, miraba las piedras que había a su alrededor. Escogió al rato una de ellas y dijo- Yo también quiero conseguirlo.-. Cogió impulso y lanzó la piedra con todas sus ganas.

La piedra comenzó a volar y superó la valla. Luego superó el árbol. Superó el arroyo y empezó a caer detrás de la loma. Todos quedaron en silencio intentando escuchar qué golpeaba la piedra.

- Creo que no lo he conseguido.- dijo al fin cabizbajo.

- ¿A qué demonios pensabas darle?- preguntaron sus hermanos.

- Quise darle al sol.

Es sólo media idea escrita. La otra media la he dejado fuera. Pero depara en forma suficiente el principio de que de nada sirve la superación si no somos capaces de verla y acabamos decepcionados.
Muchas veces valoramos nuestro camino en función de la distancia que nos falta para llegar a la meta, y no de los pasos que llevamos caminados.
De nada sirve la superación si no hay optimismo.

Descansen. Feliz noche.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Inserir & pebrots

Porque hay penitas que sin pan, saben mucho más a pena.
Guardo un beso de reserva para rodar por la hierba cuando te vengas conmigo.
Dedicado a una mañana feliz.

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