miércoles, 16 de septiembre de 2009

cheking your mouths

Decidí hacerlo porque sabía que era la única forma de autoconvencerme de que, la mejor versión de mi mismo, estaba aún por llegar. Yo lo sabía, estaba seguro de ello, podría decir incluso que así lo sentía desde hacía ya algunos meses, empujado por una desidia sentimental que nunca llegó a un fin esperado.


Desear sobre todas las cosas es lo más maravilloso del mundo, es ese desear sin saber por qué pero inmiscuido de una razón que atrapa, aprieta e incluso ahoga un poco haciéndome perder un tanto el conocimiento mientras siento el sol estampado en mis trajes y mis pieles, y siento esa fatalidad genuina de lo que no puede controlarse y manda impulsos eléctricos por las manos y los músculos, sintiendo la vida en esos pequeños defectos en blanco y negro y que de fondo haya una ventana por la que entra un sol tan duro que enferma y da vida y calienta la sala donde horas antes cenábamos un sandwich vegetal con vino Montparnase. No es así, pero imagínatelo tal cual.


Parecía lunes y nos propusimos, de repente, iniciar una ruta donde fuésemos nosotros mismos sin pensar en otra cosa que no fuera observarnos hasta en lo acústico y divertirnos rodeados de un verdor primoroso y una naturaleza que inundase cualquier espacio rudimentario del pensamiento. Tomamos la primera vía pecuaria dirección al sur y giramos a la izquierda en la cuarta salida dirección este. Al fondo el cielo se mostraba como una extensa capota gris muy oscura y el sol apuraba su escueto abrigo de existencia dejando sobre los pastizales una luz pandémica que explosionaba en los ojos con un resultado amarillo dorado intensísimo y plural. Dorado como su apellido más representacional de las estaciones. Por las rejillas de ventilación del coche, a 24º centígrados exactos por que así tu lo preferías, entraba un aire limpio con olor a tierra húmeda.

A veces me mirabas por entre el espacio de tus gafas de sol enormes color marrón nacarado muy acordes con tu cara rododéndrica y fina y me hablabas de cosas muy vividas y sonreías con una costumbre casi perfecta en las muecas.
Sobre todo tu voz, la recordaba como siempre aunque no la hubiera escuchado nunca...


A los pocos minutos estábamos dentro de una tormenta voraz que nos engulló dejándonos perdidos en medio de la nada. Tú no parabas de sonreír señalando con el dedo el color de las cosas riñéndome porque me aproximaba cada vez mas a eso que tú llamabas "epicentro" con un sarcasmo que, ahora sí, terminó por volcar un temblor constante en mis manos dejándome cara de gráfico sensacionalista de un domingo cualquiera en la prensa.


Cuando llegamos al lugar, los árboles no dejaban ver ni un solo resquicio de aquel cielo ahora ámbar porque el sol ahora era reflexivo y teñía las capas bajas de la atmósfera de una niebla muy abundante y naranja. El ambiente había quedado limpio y apenas unas gotas tuvieron que recibirnos tiñéndonos la piel de una fina capa de agua muy fria. Tú me pediste mi abrigo y yo te sonreí viéndote andar en sandalias por aquel paraje que había de decirnos que estábamos perdidos.


Por intuición decidimos viajar hacia el norte siguiendo un camino que minutos antes habíamos descartado porque parecía no llevar a ningún lugar. El sol ya era más bien periférico y perdimos la noción del espacio muy al sur del sur, donde ahora las cosas comenzaron a hacerse un poco más opacas y de lejos se intuía un olor a lluvia intensa que vendría a recibirnos mientras cenábamos una especie de cuscús en un lugar muy "cool" con una decena de niños jugando a lanzar barcos de papel calle abajo siguiendo la riada hasta una farola muy pequeñita ubicada al fondo del desfiladero de aquel pueblo un tanto fantasmal engullido por el reflejo de las luces. en el agua

Tú mirabas el reloj en tu pequeña muñeca y yo calculaba la temperatura del agua.Poco después decidí ser tu líder espiritual y tu aceptaste el reto sentándote frente a mi lanzándome miradas con alto contenido erótico, y te tocabas los labios mientras yo reía como si quisieras contener aquel momento para siempre. De fondo, el sonido muy alquímico de un riachuelo cargado de agua brotada de entre las piedras, armonizaba tu postura sentada, mientras hipnotizabas a aquella enorme acacia sobre nuestras cabezas. Nos vimos reír y emancipamos aquella duda del viajero que nunca vino donde estábamos. Me susurraste cosas al oído y cuando quisimos mirar la hora ya dormías, impávida, y te mecías con una luz verde.


Conjugabas tus orgasmos con fe de espantapájaros y mimaste los detalles. Sabías a tímpano de pié, a masa de protón, a escalera ascendente, a martes de diciembre.

Y sin embargo, esto es solo un deseo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

feeling good | abriendo puertas

La verdad es que si, puede ser, aunque también pudiera no ser. Porque yo he venido para que tengan vida. Y una cosa es que la tengan y otra bien diferente es que no. ¿Si o no?.


Me refiero a que llevo meses actualizando este blog con textos que portan un cierto aire nihilista, lanzando críticas voraces contra mí mismo, simulando que toda vida vivida ha sido una abnegación poco propicia de los sentidos y que ello me ha causado una desorientación personal y sentimental sin parangón. Y sólo porque he visto cómo cada día iba alejándose mi percepción del deseo más voraz de alcanzar lo que siempre pensé, era una parte importante de mi.


Y ahora me sucede que comprendo extasiado todo lo ocurrido y por poco no me pongo a llorar como un niño... porque no considero oportuno que un extraño pueda consumirte y yo ni tan siquiera haya llegado a escucharte, ni tan siquiera sentirte ni lejos ni cerca.


Las peores realidades son aquellas que ni tan siquiera advertimos como realidades. He vivido momentos en mi vida que bien podrían valer una misa en Notre Damme un domingo de octubre y sin embargo me siento enclaustrado en mi mismo como si tuviera frio y fuese tarde para salir.


Hace dias sentía como si hubiera llegado tarde a este sitio, y me encontré los campos agrestres de una batalla que no era mía, y cultivados de un ruido muy monótono que ensordecía, como una sirena que advierte con un toque de queda que terminará por vaciarlo todo de todo lo aún por vivir.

Decidiste casi por arte de magia que yo no soy parte practicable de ti, y poco a poco, casi sin darte cuenta, fuiste empujándome poco a poco hasta la puerta, y cuando ya estaba en el umbral, frío como un témpano, cerraste las puertas y las ventanas a cal y canto y todos los días y todos aquellos deseos de encontrarnos más jóvenes que nunca se purgaron dejando un estómago vacío de sensaciones volátiles.


Y ahora miro la fachada desde fuera, atónito, pero con una sonrisa, sabiéndo que si tú dices que no es es que no es. Y que si debo marcharme es porque ésa es mi mejor opción. Porque has tenido un verano de besos y caricias que no son los mios. Porque has vivido sensaciones muy latentes que ni mucho menos vienen de mi ni son causadas por mi. Y eso me eleva a mi a la mínima potencia.

Quizá me estás dando pistas que, si sigo al pie de la letra, me llevan a una nueva historia esta vez si, exitosa, donde viva sensaciones muy nuevas y encuentre ese equilibrio casi imposible. Yo no me obsesioné contigo, ni de ti ni por ti. Simplemente creo en una idea que es capaz de engullir cualquier duda. Es una transfiguración de lo simple, el resultado de una variante matemática sorprendéntemente sencilla, es creer en ti como máximo exponente para construir cosas que aún no han sido construídas. Pero si tu dices que no, es que no.
Y acabaré por darte la razón, sólo falta el solsticio de verano para desprenderme de esta tormenta de arena ávida de nuevas luces, y terminaré por darte la razón

No necesitamos el orgullo para vivir, de hecho si somos personas orgullosas nos perderemos muchas de las cosas buenas que nos puede ofrecer la vida. Debemos deshacernos del orgullo, darnos cuenta de la inmensidad del Universo, de lo pequeños que somos.



Ahora se me abren varios nuevos caminos, nuevas oportunidades, porque el secreto esta en mi, en que llevo manteniendo cerradas todas las puertas mucho tiempo. Y todo porque sostengo la idea viva de que estás ahí. Pero como tú dices, es mejor pensar que no eres real, sino simplemente, un efecto óptico virtual que, en efecto, se disipa. Porque ni lo escucho, ni lo veo ni me transmite calor.

Voy a cerrar los ojos y voy a dejarme llevar. Porque tú, tal y como querías, te has ido. Y yo lo único que puedo hacer por ti, es continuar.


Hay gente que espera.


Feliz semana. Suerte a los estudiantes y a las amas de casa.

viernes, 11 de septiembre de 2009

sleep & smell

La verdad es que estoy contento de verte otra vez por aqui, pululando entre risas y estas buenas vibraciones que vienen, como siempre, ocasionadas por tu plena existencia. Si, es alegría.


No sé qué es lo que desprendes, pero sé que debe ser bendito porque me induce una especie de caos muy benigno que me llena el estómago de microscópicas vidas que se agitan continuamente llevándome de un lado para otro.


Porque siendo asi me siento capaz, de repente, de hacer circulos sin parar, y no sé por qué ni con qué fin. Porque no encuentro otro fin que no sea marearme y caerme rendido bocarriba y mirar al cielo sin pestañear y levitar de espaldas mientras discuto con los saltamontes sobre la velocidad de la luz y otras cosas asi de semejantes. Es tan bello escribir para ti sabiendo que apenas existes... sabiendo que no estás porque andas ya evaporada como argón formando parte de otras atmósferas por las que yo creí volar hace días... y sin embargo fue poner los pies en la tierra y me dí cuenta que no había estado volando ni tan alto, ni tan arriba. Había estado a penas a dos cuartas del suelo... pero creyendo habitar otros planetas vestido de astronauta.


Ahora es momento de reiniciar, partir desde 0. Será más fácil, porque ahora sé quien soy, o mejor dicho, quien no soy.


Pero me encanta sentirte cerca... si...¿brindamos?

Restart

Existe, por defecto, una condición humana que sobrepasa los límites del entendimiento con zozobra y expande todos aquellos sentidos indispensables para una vida feliz sin manoseos.


Ante la posibilidad de que, sin darnos cuenta, estemos activando remotamente una conexión inalámbrica con recuerdos y deseos del pasado que vienen a decirnos de manera muy simple que hubo otro tiempo en el que debimos enterrar la cabeza bajo el suelo y convertirnos en un ave mísera que no peca por tildarse de loca. Y sin embargo ni metimos la cabeza ni salvamos los muebles ante la riada que se nos venia encima.


Yo soy de los que sufre la inundación y ha quedado desolado en la cima de una casa esperando que algo por mar o aire, me rescate. Si, mírame, soy ese punto pequeñito sobre el tejado de aquella casa en la que celebrabas tu aniversario.


Locos fuimos en la medida justa, y sin embargo, nadie vino a decírnoslo. Por que se presuponía que aunque estaba apostando al caballo más lento ese caballo correría y correría hasta salirse de la órbita marcada, más rápido que ningún otro, más veloz, más inalcanzable, osé incluso a ponerle nombre. Podrían habérmelo dicho 22385 veces, que yo, hubiera seguido apostando por el caballo "a priori" más lento y malo.


Es un verano en el que se acumulan pequeñas cosas que vienen a ser importantes, como decir que uno se propone una nueva vida donde ahora sí, es capaz de elegir libremente sin confundir que, en efecto, la libertad, es la capacidad de elegir. Y hasta ahora parece que sólo has elegido tú y que yo he estado aquí con la cabeza metida bajo tierra pensado cómo consumir mi libertad, cómo elegir y qué, para qué y con qué fin. Solo así conseguiré ser libre por derecho, porque siento la responsabilidad de elegir con capacidad. De no hacerlo así, volveré a ser esclavo de mi propia elección que ahora sí, no quiero que vuelva ser errónea.


Nadie besa sin saber por qué, ni besa por que sí ni tampoco no besa porque no. En el transcurso del mero intento cualquiera sabe en qué y de quién participa, conoce el riesgo porque en ello va implícito, igual que reconoce otras cosas más o menos imprescindibles para que aquello ocurra. Uno rechaza las formas y los vínculos labiales cuando sabe que detrás de eso no hay nada, y más aún si reconoce que detrás de ese roce "in-out" no se encuentra lo que se busca.

A mi me ocurre que no me gusta besar por besar, porque requiero presentar una diligencia previamente, tener una historia detrás que avale el tacto de dos bocas, de la mia con otra ajena, de mi aliento con otro, de mis manos con otras. Por que si, es cierto, se involucra el cuerpo y todos los sentidos, y para que eso suceda, debe haber algo que lo reactive.

Soy de los que besa poco. Por eso a mi me gusta tanto besar, porque cuando lo hago todo viene precedido de una fiesta de la comunión del cuerpo con los sentidos. No hay que amar para besar, pero si que hay que besar. Conocí a un científico chileno que me dijo que el primer beso entre dos personas es tan importante y genera tanta energía interior, mueve tantos principios anatómicos y tanto deseo, placer y felicidad que es comparable con el punto más álgido de esa misma relación en toda su vida. Eso quiere decir que el primer beso entr la boca de uno mismo y una ajena es tan importante como cualquier otro momento de la vida en su punto más álgido...


Siendo así, me gusta besar, si...


Si no, ocurre que me aburro, que siento como si una lengua vestida de otra cosa viniera a estorbar mi sentido del tacto y del gusto. Ahora me siento mejor que nunca, pero he sufrido más que nunca porque no encontraba mi lugar, éste, el que me permite conocer el estado de todas las carreteras antes de partir a ese viaje que nos unirá a los dos en un lugar remoto en medio de la nada.

Hoy ha sido un dia extraño, porque en efecto he visto pasar todos estos últimos 6 meses de mi vida como a toda prisa mientras hablaba de ti y tus amores un tanto epicúreos, de mis besos con personas desconocidas que parecían estar puestas ahí milagrosamente para olvidarte de una vez por todas y cumplir así tu deseo más expreso. Me he visto un tanto reflejado en mis propios charcos ahora ya límpidos, y me ha gustado, porque así logro reconocer que no fui nadie, que soy un autómata desconocido por y para ti, y que el fin de nuestra existencia no es otro que perecer como cualquier otro ser vivo.


Puede que tuvieras razón y yo estuviera corto de entendimiento, que no me enterara de las cosas y que mi mayor error fue ver donde no habia.


Es verdad, tienes razón, por eso mi siguiente medida es ir al oculista.


"Carta a los Reyes Magos".


Hoy quiero mandar un saludo especial a todos los latinoamericanos que visitan el blog y a todos aquellos que me mandan correos electrónicos. Os agradezco vuestra lectura y vuestras reflexiones. Tengan feliz dia, por supuesto.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Después del melón agua no bebas...

A base de insistir nos marcamos una pauta casi imprescindible, y le otorgamos a las cosas mas simples un carácter retroactivo capaz de simular cosas que no son y de vivir vidas que no son, en lugares que tampoco nos pertenecen. De ahí resulta una condición que nos sepulta y nos catapulta a la fama de aquellos que cometen errores casi sin darse cuenta. Lo peor de un error es el tiempo que se pierde cometiéndolo, lo mejor de ese o cualquier otro error es que te enseña a no volver a perder ese tiempo nunca más en contextos similares futuros. Asi que he estado perdiendo el tiempo pero también he estado ganando tiempo. Perdiendo tiempo presente, y ganando tiempo futuro, que supongo, es menos valioso, pero también imprescindible.


Consiste en saber lo que uno es, hasta donde quiere llegar y qué o cuales medios y recursos requiere usar para tal fin.


A veces todas estas cosas se reducen quedándose en una sola mirada, o en un deseo locuaz que te deja mirar el cielo durante al menos dos horas sin pestañear. Y si miro al norte sé que estás, con esa diversión que imagino en tí y en tu cuerpo. A veces basta con una fotografía para saber que, tú, quizá, eres la mujer que termine por transforar mis dias y acentúe esta locura basada en cosas naturales como tú. Otras veces un solo epitafio basta para saber que es más que probable que tu vida y la mia sean paralelas y se crucen cuando menos lo esperábamos dejando justo detrás un halo de hojas secas fruto de una vida aún por vivir.

Cuando te miro reconozco en mi circunstancias ajenas, giran cosas alrededor de mi cuerpo como si yo fuese un campo magnético tan potente como el de un planeta puestecito ahí en una órbita que se mueve porque tu así lo dispones. Y veo que me miras en modo polaroid, con unos ojos rodeados de piel de melocotón muy sensible al tacto y de colores almibarados que me dicen que hoy, de nuevo e igual que ayer, vuelve a ser domingo por que tú así lo dispones.


Cuando te conocí me mirabas con ojos verdes y divertidos, y vestías una sonrisa que parecía estar ahí desde hace años, sin conservantes ni colorantes. Y lo que mejor recuerdo de ti es aquello de que "Después del melón agua no bebas...".

Lancé una sonrisa al aire y dije: No me lo puedo creer, ¡eres tú!.

Asi que he decidido pensar en ti cuando menos te lo esperas, y resucitar mis errores más tibios para poder decirte que, lo mejor de ti es lo que aún no conozco.


Bon voyage. Feliz septiembre a todos.

martes, 1 de septiembre de 2009

cosas de tu piel

Buen tema para empezar el mes. Desde luego dice mucho de las cosas nuevas que me están pasando. Disfruten.
Free counter and web stats