domingo, 29 de agosto de 2010

shape & structure


(Reproducir para leer el texto)




Imagínate, mecida dentro de un Preludio en Sol Mayor, Op. 28, 15. 'Raindrop', de Chopin.
¿Donde vas?.

Cuando las horas caen como hojas balanceándose,y de fondo, se aleja precipitada la razón de un elefante. Ardilla voladora es un sarcasmo precioso.

Imagina cuanto puedas un martes cualquiera, cuando ya es de noche, y se escucha la respiración de un pianista en una pieza nocturna. Las luces de la ciudad que aparecen dispersas formando un mapa sísmico venido a menos. Cuando no quedan aves sobrevolando las líneas blancas del asfalto.
Visto desde ahí arriba, todo bien podría ser la medida de un vaso, de un beso, o de cualquier parte dividida entre dos.

Imagina cuanto puedas que los balancines que intentan sostener una felicidad compartida se conviertan en cal, para café, como una pócima de la verdad.

Que las voces callen y las imágenes te persigan hasta el final de los tiempos.

Que el estrés y el enojo se divorcien, que se miren a los ojos y se sujeten del cuello mientras se asfixian el uno al otro.

Que las sensaciones se vuelvan mariposas y los rifles pasto donde descansen después de su gran vuelo.

Que amanezca un día, uno sólo, donde todo deje de ser importante menos las sensaciones venidas de tu boca y un tanto también de tu piel expuesta a la mía.

Que desaparezca el petróleo, la dinamita, las bacterias y el ántrax.

Que los animales se levanten en dos patas y luchen contra los ejércitos, que creen ser mejores “animales pensantes”.

Imagina que las piedras ruedan y ruedan y terminan formando una enorme montaña desde la que contemplar los 7 ríos más inmensos del mundo.

Deseo.

Deseo con todas mis fuerzas que la luna seduzca al sol, que se juren amor eterno y que estén juntos para siempre, porque cuando en verdad se ama para siempre nunca será demasiado tiempo.

¿Qué distingue la locura de la cordura?

No temas, nadie va a meter a nadie en el manicomio, los locos no viven ahí, viven comprando una vida feliz.

Te volveré a preguntar ¿Quién está más loco?.

¿Yo que me acepto como soy, que puedo volar y soy inmensamente feliz o aquellos que viven las reglas del mundo, en un closet de cristal desde donde todo se ve y es visto?
¿Yo que trato de cambiar el mundo siendo una persona feliz o aquellos que viven enajenados con absurdos sueños sin cumplir?
¿Yo que sé que el dinero es papel y que soy del tamaño de lo que creo o esos que son del tamaño de lo que miden y de lo que les alcanza para comprar?
¿Yo que sólo busco mi zona de confort o los inminentes que se pasan la vida encerrados en un cuadro del tamaño de sus ojos?

Creo que podría ser un buen momento para meditar sobre quién desea pasarse a este lado de los locos, quien se mira al espejo y trata de buscar a alguien que no existe o quien realmente es capaz de aullar o alzar la voz y ser mejor, no obstruir en la vida ajena y comenzar a vivir, para demostrar que no todos son materia.


Es hora de mi medicamento, ya casi amanece y la eternidad espera por un ser distinto, es hora de volar y comentar con las estrellas.
Si ya no están, pues las fabrico yo y las dispongo. 

Es el principio de una locura causante de felicidad... Disponer estrellas.

Descansen.

miércoles, 25 de agosto de 2010

lot of happyness



Es como saltar. Como brotar de una herida milagrosa. A tal efecto es como reunirse en torno a algo de lo que dimana una luz inmensa. Como un lunes lleno de sol por todas partes.


En todo hay un ritual, incluso en la forma en que quiero mirarte. Si te acercas despacio, puedes incluso cambiar el tiempo, la dirección del viento y la temperatura ambiente. Hay una capacidad en ti que me entusiasma hasta tal punto que solo quiero cantar o saltar. 


Verte y tocarte. Sentirte a un paso abismo del nevero. Recolectar con suerte algo de fruta de tu boca exquisita. Rozarla. Sentirla a veces brisa y otras como un tacto leve y diáfano que lo desborda todo...


Después de tanto tiempo, casi ni me di cuenta de que me acercaba a ella, poco a poco, metro a metro. Cuando la vi acercarse sentí como si todos los órganos y sentidos del cuerpo cambiaran su función por segundos. Sentí latir los ojos, perdí el tacto por momentos y veía sin ver, como intuyendo. 


Las calles comenzaron a oler todas a ella. La larga avenida se hizo corta mientras la veía caminar y sonreír. Tímida y diversa, divertida y sonora.


Sentí unas ganas horribles de abalanzarme sobre ella extendiendo los brazos y decirle más de una vez que, lo que ella me causaba, ya no tenía nombre.


Y es que después de tantos meses esperando aquel momento yo me sentía como caminando en otra superficie. 


Ahora inúndame. Es lo mejor que podrías hacer.








domingo, 15 de agosto de 2010

Highest

Highest viene a significar "lo mas alto". Es la aspiración. La apuesta del todo o nada. La supervisión metafórica de lo que sin duda alcanzaremos algún día.

Somos la consecuencia de lo que vivimos. Pensamos rindiendo homenaje a lo que sentimos. Tomamos decisiones a partir de lo que nuestros sentimientos y conclusiones generan. Podría decirse que somos la pura sucesión de nuestra sombra mental, de lo sensacional a primera vista.

Hemos dedicado tiempo y esfuerzo a merecer lo mejor. Luchamos y sobrevivimos considerando el entorno, entorno al cual debemos mostrarnos sensibles, conectados, a veces incluso inmersos.

Oportunidad, desafío, intriga, suspense, felicidad, algarabía... Hay tantos principios que justifican la inmersión...

Un día escribí un texto sin saber por qué. Decía: no s la causa ni el motivo... Pero hay algo fermentando, algo se gesta. La sonrisa mas primera y mas mía aparecía de repente sin mas, como por sorpresa...

Si te miraba en fotografías, sentía algo muy supremo, como una alegría inmediata...


Eso es haber sabido vivir. Sin duda, haber sabido darte un lugar único en la historia,

sábado, 14 de agosto de 2010

Alehop!





Ya está. No hay más.

El tiempo pasa. (y con tiempo me refiero a tic tac, al sol amaneciendo y poniéndose al alba, a lo cíclico, los solsticios y los equinocios, a las rpm). No lo es la lluvia. Pocas cosas son constantes en realidad.

La constancia es parecida a la eternidad, como el giro de una rueda, el cauce de un río... Todo posee una continuidad, ya sea bueno o malo, sea mas rápido o mas lento, mas denso o mas acuoso, virtual o real.
Solo es necesario que se den un numero determinado de circunstancias especificas de manera persistente, reglada y constante. Que se cumpla la campana de Gauss por ejemplo.

Entiendo la timidez, la vergüenza, el miedo incluso en caso de que fuese probable, que no lo es... Entiendo todo lo que entre a formar parte de lo entendible. Pero, como todo en la vida, se me escapan ciertos detalles. La abstracción, el surrealismo... La pasividad, en cierto modo es un recurso hipnótico del que si, rehuyo como salmón a contracorriente... Porque si nos paramos a pensar, hablamos aproximadamente de 18 meses... 540 días (mas de lo que ya dijo Sabina en su canción, 12960 horas... Una burrada mas aun de minutos... Por no hablar de segundos...

Que importante pueden llegar a ser los segundos... 1,2,3,4... Y así es como pasa el tiempo en realidad... Segundo a segundo... Tic tac... Impulsado por el ritmo natural del cuerpo... El latido, la respiración, el equilibrio en si mismo, los pasos, el llanto, la ingesta...

Si alguna vez comunicáis a alguien que os apetece hablar, y ese alguien no aparece por ningún lado... Desapareced. Asumid con destreza la pasividad. Viajad interiormente, encontrad el motivo para renegar de todo... Da igual que la suma de segundos, minutos u horas sobrepase la diezmilésima o la millonésima parte de vuestra vida....

Huid despavoridamente de todo aquello que os haga sentir baldíos, innecesarios... Cambiad el rumbo del barco, convenceos de que, hay otros modos posibles. Que el tiempo hace mella si, pero también promete cosas mejores.

Lo que no pase en un determinado momento ya nunca pasará. La limitación reside en reconocer que, el lugar donde ahora habitamos, no nos pertenece. Aquí no somos bienvenidos. y donde nunca fuiste bienvenido jamás lo serás. Solo en ciertas ocasiones si, pero no es esta.

Rechazados del mundo, quizá incluso del universo si es que existe la posibilidad de que haya alguno en la sala... Hoy es nuestro día. Hoy partimos de 0. Olvidaremos todo eso que a nosotros nos tiene olvidados. Vamos a vivir la parte que nos toca, pero esa elegida por nosotros mismos. No la que nos marca el rechazo, el pasotismo, la obviedad y la historia incierta de un pasado hecho a tirones.

Hoy vamos a poner un punto y a parte...
Es el momento de cambiar. Por qué no, de mirar también nosotros hacia otro lado. De emprender...

Porque hoy si que me siento mas fuera que nunca.

Hay que desear cosas posibles. Lo imposible peca de inaccesible.

Pues bien. Alehop! Au revoir a todo lo inaccesible... Bienvenido todo lo que participa de, por y para mi.
Es el momento de la felicidad absoluta. Ver es creer. Y creer es reconocer en lo que nos rodea la intención de lo observado

Sonreíd. Yo ya lo hago.
.
Chin chin!

viernes, 13 de agosto de 2010

However

Es mas que probable que ni los dioses, ni los elementos, ya sea la tierra, el fuego, si bien el agua o el aire, alcancen esta noche la supremacía de sentir con creces el hedor divino de la luz disgregada por el aire.

No creo ni tan siquiera que nadie venga a estas horas hasta mi cama y me despierte con un leve sonido al oído, evocando al zumbido de las olas en una mañana de octubre...

Porque es leve todo rechazo, la pasividad puede llegar a ser un motivo mas que termine por zanja cualquiera de los asuntos pendientes... Si somos pasivos, nada, nada cambia. Y si no cambia nada, estamos condenados a vivir repetidas veces un mismo suceso. La carne se endurece y el paso de los días se hace lento y costoso. Se augura un final mas o menos próximo, pero final al fin y al cabo.

Rechazar oportunidades es decidir. Es elegir en cierto modo de entre al menos 3 vidas distintas: la tuya, la mía y la conjunta.

Hubo un día que ni reuerdo en el que pensé multitud de veces en un solo minuto que en la vida hay que apostar, arriesgar y darlo todo por aquello que, aunque sea mínimamente, pero nos haga sentir y crecer.
Debemos luchar por la felicidad. Muchas veces se halla enmascarada detrás de una tarde sin sol, quizá escondida entre las nubes... Tal vez se encuentre oculta tras cosas mucho mas simples, como el hecho de saber que existes aunque nunca vaya a verte, palpaste o besaste.

Saber que existes elevado a la máxima potencia. Ver tu rostro esbozando una sonrisa, un pedazo de pan y una

lunes, 9 de agosto de 2010

fly me to the moon

jose manuel sobrino

 

Se me olvidó… aqui os la dejo…

Pero despacio… sin prisa… quiero ver como nos alejamos tan lentamente que incluso ni nosotros mismos lleguemos a darnos cuenta…

Anoche escribí una entrada después de una semana. Bienvenidos a la Nada.

Entonces hice clic en “publicar entrada”, cerré sesión y me fui a dormir. Eran las 4:14. Después de una larga tarde de trabajo a contrarreloj, nada mejor que publicar algo que se convierta en la prueba fehaciente de que, más allá de lo escrito es difícil que exista algo. Acaso sueño, y tal vez alguna que otra premonición mientras bebo mi ultimo vaso de agua (con su correspondiente piiiiiii no sonoro de baja frecuencia emitido por alguna zona activa del cerebro).

 

A las 9 de la mañana estaba otra vez en marcha. Reconozco que anoche me mantuve levitando de espaldas con la mirada perdida en el techo, pensando en la felicidad, en los abrazos, en tardes como las de hoy, en mi modo absurdo a veces de entender las cosas… así me imaginé hasta 23 techos diferentes desde el mío hasta la ionosfera. Cuando menos lo esperaba caí rendido ante la evidencia del sueño que ya llevaba amenazándome desde una hora antes.

Lo cierto es que me he despertado con una energía desbordante. Por aquí, por allá… buscaba agua, naranjas, leche, útiles y una pieza de fruta, mientras me despejaba con agua el rostro he cantado emulando a Sinatra (Fly me to the moon… Let me play among the stars… Let me see what spring is like on Jupiter and Mars…) y en el estribillo, de la emoción con el bote de jabón como micrófono, me he dado un buen golpe con el toallero… pero el momento merecía la pena… In other words!!!!! please be true!!! In other words… I love you!!! y zas! “fin del amor” dicho por un toallero.

Ha sido un despertar magnifico. No para todos… mi vecina ya me ha dicho que intente no emocionarme más los domingos por la mañana… y mi hermano ha escrito un aviso en el frigorífico… “A la próxima llamo a la policía. Me da lo mismo que seas mi hermano.”

Yo entiendo a todos. Pero… yo no tengo la culpa… es algo que sale de dentro. Si lo paro… rompo cosas y me da vueltas el cuello, como si de una toma de William Friedkin se tratara.

El caso es que he desayunado tarareando al menos 8 o 9 canciones más. He sacado a pasear a mis perras durante al menos media hora y he estado escuchando otras 7 canciones que he ido tarareando como bien podía…

Cargando energías para lo que me esperaba… un día donde sí o sí debía terminar un proyecto que o terminaba hoy o creo que hubiera ido a la cárcel…

Todo el día concentrado… relajado… no he dudado en coger la pelotita que siempre tengo cerca y lanzarla de un lado a otro… pensando… mezclando unas cosas con otras… recordando… concluyendo… si pienso en esto… no no no… vuelve atrás… empieza… asi… si… sigue…

Y a las 8 de la tarde, como sabía que ya estaba por concluir, he hecho lo que nunca había hecho. Porque he sentido un estrés impropio… parecía incluso que no era mío, que alguien me lo ha puesto ahí sin venir a cuento…

Así que he cogido las llaves del coche, la cámara, mi cuaderno de dibujo y a los dos animalitos, y me he “fugado” a un lugar cualquiera, con algo de remoto e inaccesible. Buscaba altura. Algo donde poder lanzar cosas y que bajen, sin miedo a que puedan caerme encima una vez las lanzase.

Y una vez allí, después de caminar unos 25 minutos a pie… voi-lá, helo aquí, esta magnífica estampa de cielo dorado, de aire corrompido por una luz alimentaria, llena de un olor imaginario a dulce… a cosa practicada con entusiasmo… de aves migratorias sobrevolando la miseria de unos campos agostados y desérticos.

He subido todo el camino de riscos dudoso entre la sombra. Contento por no sentir el calor inundándome por doquier. Pero de repente, al llegar a la cumbre… Una fuente de luz muy expansiva me ha dado de frente hasta casi cegarme. (Bendita ceguera ámbar).  Es como si esa luz activara todo un complejo circuito en nuestro interior… desde allí puede verse todo… a un lado y a otro. El norte despejado, el sur muy lejano, el este ascendente, y el oeste… el oeste inmenso y con una pizca de eterno entre los dientes… pero nada mas lejos de la realidad… en cuestión de minutos allí ya no quedaba nada de lo que hubo… apenas una decena de sombras chinescas producidas por unas rocas abruptas dispersas por toda la reducida llanura. Mi sombra proyectada medía tanto como un edificio de 4 plantas, enorme, extensa, ojalá que infinita.

 

Me he emocionado tanto que me he alejado del borde, por miedo a caerme, a que ese “Sinatra molestón de las 9 de la mañana de un domingo primero de agosto” resurja en mi y entone algún tema tan rítmico que pierda el equilibrio y caiga al vacío…

Quita quita… mejor me quedo a dos metros… No tengo prisa… ni calma… pero esta sensación intermedia entre no prisa y no calma… está produciendo un hormigueo hasta en los animales, estos y aquellos que se ordenan en el cielo para sumir el viaje en una constante compañía.

Allí he sentido que era imposible pensar, no al menos en ese preciso momento. El sol lo inunda todo, todo se ilumina dentro y fuera. Puedes ver y sentir cosas, relacionar momentos… uno se siente otra cosa, tal vez incluso no humana, sino de otra especie que refleja luz  sin saber cómo ni por qué. La piel se transforma y se vuelve parte del paisaje, ámbar y expansiva. Todo aquello delante de mi se dibuja en una silueta perfecta.

 

Todo se queda mudo, no se escucha nada, acaso un tímido viento que, leve, lo sume todo en una calma constante e inducida.

Cálido el aire, me ha hecho regresar con apenas luz hasta el desfiladero y poco a poco, he vuelto a casa, conduciendo mientras cantaba a viva voz: Fly me to the moon…

 

Después, he llegado a casa, he intentado ordenarme un poco, y he continuado. Ahora que he terminado todo, siento placer. Placer de saber que lo que he hecho va a causar una sensación que, tal vez, lleve algo de esa luz que, hoy, es más mía que nunca. Todo por dejarme llevar, por decir basta, por tomarme la licencia de decidir (aunque sin rumbo fijo) que hoy, el día, me reservaba un momento irrepetible.

Yo he estado ahí. Ya nadie podrá quitármelo jamás.

 

Bienvenidos a la Nada + una luz ámbar.

Buen comienzo sin duda.

Vida completa.

Gracias por sus comentarios y sus correos electrónicos por el escrito de ayer.

Descansen.

domingo, 8 de agosto de 2010

bienvenido a la Nada

20070731213759-nada-todo1

Bienvenido a la nada.

Es como dormir sobre caléndula. Ni un solo resquicio de mi se halla inscrito en ningún tipo de prensa en este domingo más primero de Agosto.

A caso han pasado los meses y yo, es cierto, no me he detenido a pensar con detenimiento sobre ti, ni tampoco sobre mi ni sobre otras cosas que han debido pasarme pero que no he considerado.

El trabajo y el ritmo propio del cuerpo, deseando continuar siempre y sin mirar atrás, quien sabe por qué, quizás habilitado por esa esperanza venida a menos de que de repente un día todo se volviera razonable. Tal vez porque ya me he acostumbrado a continuar, activando en mi ese método en <<stand by>> de la supervivencia más incisiva, o tal vez porque me he acostumbrado a ilusionarme en vano.

Lo cierto es que, sea lo que sea, ello enmascara aquella primigenia situación, la del desborde, el desquite, esa del sexo necesario, de llegar a comer sin pan porque ya no es imprescindible, de tender la ropa unos minutos, de verter el agua en el vaso de manera semiautomática hasta que el cerebro emita un <<piiiiii>> no sonoro que avisa de que el agua está a 1 centímetro del borde.

Pensar… a veces es tan simple pensar que se hace así de instintivo. Como respirar, masticar, parpadear, caminar… Sistemas complejos de maniobrabilidad que se volvieron simples por el mero hecho de llevarlos a cabo de manera repetitiva, sumándose al carácter de constancia, a golpe de hallarse uno en sí mismo y en la costumbre que a cada cual le es propia.

 

Hoy me he dado cuenta de algo más magnífico que curioso. Soy el resultado de una doble vertiente, tal vez es la suma de todas las vidas que he vivido dividido entre las cosas que siempre supe que debía olvidar y multiplicado por mi actitud ante las cosas que puedo advertir desde mi entendimiento. El resultado es que resulta que, en efecto, yo puedo emitir dobles opiniones.

“Dame tu opinión personal”. De acuerdo. Y… ahora dame tu opinión profesional.

¿Difieren?¿Pueden acaso hacerlo?¿Es por tanto necesario pensar desde dos puntos de vista cada vez que alguien me hable con un pie en la frontera profesional y otro en la personal?

Es evidente que si. Pueden diferir. De hecho es necesario que a veces difieran. En mi trabajo encuentro cosas que no toleraría en lo personal. Y sin embargo hay cosas de mi como persona que difieren y mucho de lo que a veces debo hacer como profesional.

Llamenle gustos, razones, conocimientos, experiencia… el caso es que  hoy he podido emitir una importantisima doble opinión. La mia personal era contrariamente opuesta a la que he aportado como profesional. ¿Me contradigo?.

Pues inicialmente no, pero yo creo que algo sí… Es cierto que cuando emites una opinión personal, por mucho que debas ceñirte al marco de la profesionalidad, la personal prevalece sobre lo profesional. Que no debería ser así, porque si eres profesional debes acatar las normas, basarte en principios de tu profesión y dictaminar el juicio más acorde con lo que se te plantea…

 

Pero en mi trabajo, es inevitable emitir un juicio de valor personal dispar del profesional. Puedo hacer lo que se me diga, pero, estimado cliente, siempre voy a darle la vuelta para que vaya como yo considero que es mejor (como profesional). Pero como crecí siendo persona, y en ese crecimiento me he formado como profesional, es inevitable que en el proyecto que yo le entrego vayan implícitos una serie de principios personales.

No puedo desvincularme de: colores, formas, composiciones, estructuras, familias tipográficas, formatos, tintas, conjugaciones cromáticas, y un largo etcétera. No puedo hacerlo porque en sí, es algo instintivo lo que me permite diseñar.

Sin ese instinto no puedo hacer nada. Si no uso mi instinto animal en medio del bosque, puede que no oiga un animal acercarse, o que no huela a humo y me aproxime peligrosamente al fuego. Sin instinto no puedo certificar nada, ni tan siquiera mi existencia.

Es el instinto el que me hace expandirme en un formato en blanco. Partir de la nada y crear. Crear a partir de la nada es complicado. Hay que pensar… pero yo ya no pienso… lo hago por instinto.

A partir de ahí, surgen emociones. Un color sobre ese blanco valdío me produce otra nueva sensación que relaciono con una tarde de verano en Montparnase, y después al recordar Montparnase recuerdo el pattern de una forma que vi dibujada en un camino, sobre la arena. Y esa forma es principalmente la base de todo lo que después vendrá. Porque aquella forma en la arena me hizo recordar otra forma que ví en otro lugar. Y en ese otro lugar sucedieron más momentos perceptivos… y así, mi cerebro, conecta y <<pedalea, camina, parpadea, respira, vierte agua en el vaso hasta hacer un “piiiii” no sonoro>>

A dicho cliente ya sé que lo tendré para siempre. Y es algo que me alegra, no por cuestiones de moneda, eso es lo de menos, sino por cuestiones humanitarias. Sabe lo que quiere, y lo que quiere sabe que yo puedo dárselo. Bienvenido sea pues a la Nada.

 

Esa nada en la que ahora pienso…

Tengo una extraña sensación recorriéndome el cuerpo toda la tarde. Creo que debo relajarme más. Más aún. Está claro que necesito unas vacaciones… Pero antes de ese retiro, sé que hay cosas que debo comenzar a cambiar en mi. Refinar un poco mi instinto, sobrevivir más y mejor, que por muy adentrado en el bosque que me halle, pueda sin duda oler, sentir, palpar y alejarme del peligro. Es más que necesario además de obligatorio.

Debo empezar a emitir juicios de valor personales a mi mismo. A lo que me sucede. Olvidarme de todo lo que a mi ya me tiene olvidado.

Hoy, sin ni tan siquiera pensar, siento que, tal vez por instinto, ha llegado el final de una etapa y el principio de otra. Me siento totalmente preparado para afrontarla, para vivirla y llenarla de nuevos y maravillosos momentos. Me siento como el astronauta, que después de años preparándose en la tierra, simulando que flota y que no se alimenta, llegado el día de lanzarse al espacio infinito (o finito, quien sabe…) si no se le lanza tras el riguroso “three, two, one, ignition”, desea que la tierra se lo trague.

Así pues, bienvenidos a todos aquellos que quieran iniciarse conmigo en esta nueva etapa. Quien no quiera estar o esté a medias, le recomiendo que no esté. En esta nueva etapa se auguran momentos maravillosos. Y quiero que sean completos… nada de vivir a medias.

Hace años le dije a un amigo:  Yo nunca he entrado en la vida de las personas para complicársela o hacérsela más difícil. Eso no va conmigo. Es algo  No es mi papel. No me gusta ni tan siquiera imaginarlo. Si llega a darse ese caso, tardo más bien poco (segundos) en salir con lo puesto a la calle y marcharme sin rumbo fijo. Me da igual donde vaya, donde acabe, pero tu vida, es tan sagrada como lo es la mía para mi mismo. Nada de dificultades.

Solo queda sonreír y reír. No cabe nada más.

Recuperar la astucia, distinguir mejor cuando hay poca luz que deje ver lo que me rodea. Si no veo, me reconozco perdido.

Y reconocerme perdido… es reconocerme inhabitado.

Bienvenidos a la Nada. Empecemos de '0.

 

Duerman, descansen… reinicien…

Free counter and web stats