jueves, 5 de noviembre de 2009

Hang Out


¿Lo ves? Te lo dije, si a tí, lector que ahora lees. Ayer te puse pesimista. Y hoy vengo a tu rescate. Toma mi mano. Siento mucho haberte contagiado esta tristeza desorientada.  


Era una tristeza temporal. Aunque queda aún algo de humo en la sala, ya pasó el fuego y, aunque lo arrasó todo y no quedó nada en pie, al menos he quedado con vida para contarlo. Y por eso te lo cuento, ahora, con la mayor rapidez posible.


Ayer estaba dentro, hoy fuera. La vida es así. A penas precipita y uno puede verse en otro planeta, enchufando un brazo articulado en una subestación espacial que ayer estaba a millones de años luz.


Y era eso lo que ocurría... simple y llanamente eso... que me veo fuera y acababa de deshacer las maletas. No me ha dado tiempo ni a sacar los zapatos (que suele ser lo último más al fondo a la derecha en la maleta).




He tenido que hacer las maletas porque donde me hospedaba han cerrado por motivos personales. Ya sabes lector, por motivos y por personas.


Y ahora estoy en una carretera secundaria, con una maleta recién, caminando hacia el norte, como siempre. Y dejando atrás el leve resquicio de luz. 


Ya no me invade esa tristeza momentánea. Ahora me ha quedado la sensación de una resaca vespertina. Hay nubarrones en la frente, pero se van disipando.


Para mañana, mejorarán los cielos y no se esperan precipitaciones.


Ahora me toca sonreir y olvidar. Olvidar porque en cierto modo se me ha obligado a hacerlo. No hay problema. Todo se consigue con tiempo y océano.


Estés donde estés, hagas lo que hagas, pienses lo que pienses, sea bueno o malo, nunca pierdas el tiempo. Ahora te toca sonreir querido lector. A ti también.


Gracias por vuestros mensajes de apoyo. Aunque no os conozca a muchos de vosotros, conseguís hacerme llegar siempre ese halo de buenaventura.


Un fuerte abrazo. Feliz noche. Descansen.




No hay comentarios:

Free counter and web stats