sábado, 5 de diciembre de 2009

Cinderella morning



¿Te acuerdas? Eran las 09:18. ¿Cómo olvidarlo?.
Moví la mesilla despacio... sin hacer ruido... coloqué la cámara sobre ella, puse el capturador automático y resultó ésta imagen.


Después, te desperté y te enseñé la fotografía en aquella cámara Minolta digital que heredé dos años atrás en un viaje a Berlín.

Tú tenías los ojos recién abiertos y brillantes, como caléndulas. Te quedaste ensimismada mirando aquella fotografía y sólo dijiste con cara de felicidad: -Es el mejor despertar de mi vida. ¿Sabes qué? Me encantaría ver esta imagen todos los días de mi vida-.


Vida vida y más vida... 


Es cierto. Porque sin duda alguna es la imagen del año, el síntoma del bullicio matinal, de una mañana orientada al norte, con lluvia de ceniza y colapsada de parabrisas cansados, sin adrenalina.


Abajo, en la avenida, los semáforos temblaban como sauces llorones, y una dependienta esperaba en alguna trastienda completando sopas de letras como pasatiempo logarítmico de un aburrimiento universal.


Lo decía un cantante en si bemol.




Había una lluvia de camiones, de ambulancias urgentes, de chicas que se escondían debajo de los árboles asfixiadas por el hedor sudoríparo de aquel cielo estrellado. Aquel cielo último de aquel mes de noviembre.


Mañana de sábado tránsfugo. Mientras, la noche anterior, de regreso al hotel, vimos canallas y policías inquietos. Gabardinas sin dueño, con los cuellos alzados y gatitas en celo pasadas por agua ajenas a la fiebre de aquella noche del viernes más tuya y mía que nunca y que ninguna otra.


Cuando llegamos al hotel llovía por todas partes. Tú y yo enfrentados como se enfrentan dos masas eléctricas, haciendo pequeñas aproximaciones de piel, con diminutos contactos que producían espuma de mar y besos con efecto submarino. 


Tu olor a algodón, a fibra sensible, a risa con sabor a pan, tu risa... el efecto secundario de aquella guerra de almohadas sobre aquella cama enorme con motivos florales estampados en blanco y negro. Reír sin parar. Oxigenando el espíritu, generando felicidad con los pies descalzos sobre aquella colcha invadida de plumas de ave a destiempo, como a mi me gusta.


Después nos vimos sentados en el borde de la cama, yo con mi guitarra y tú con un vaso de plástico lleno de cava a rebosar. Mientras, me dabas de beber y yo sintonizaba los acordes que nos harían cantar juntos este tema:





¿Te acuerdas? Como olvidarlo...


Después del tiempo, solo queda ésta memoria de pez girando en una pecera llena de rumores. Las sirenas y los ruidos venidos de toda la ciudad. 
Aquella mañana, sentado al borde de la cama frente al ventanal luminoso, pensé que no siempre lo que necesito es lo que quiero, ni lo que quiero es siempre lo que encuentro.
Lo que encuentro tampoco es siempre lo que busco, y lo que busco no siempre es lo acertado y lo acertado... no siempre me hace feliz. 
Porque lo atractivo no siempre es lo más bello quiza porque no siempre dormir significa descansar. Porque podemos soñar despiertos y porque una mirada dice más que mil palabras, porque los silencios duelen más que las palabras... 


Porque uno puede andar perdido aunque conozca el camino. Porque hay dias tan oscuros como la noche y noches que llegan a brillar más que el dia... Porque hay dias para todo y porque todo a veces es nada... y porque otras veces nada, lo es todo. 


Quizá porque hay quienes te tienen delante y no te ven y quienes sin mirarte, te han visto. Porque el mismo abrazo que adoro me ahoga, y aunque me ahoga me atrapa... será porque no siempre correr significa llegar más lejos... porque lo más pequeño... en ocasiones, es lo más inmenso... porque lo más frágil y ligero puede llegar a ser lo más pesado.... es por ello que en ocasiones uno se salta sus propias reglas, para después, poder cumplirlas.


Y entonces, sentí un click onomatopéyico. Y el momento quedó congelado para siempre.


Mírate dormir... 


Feliz estancia a todos... bienvenidos a éste mi mundo positivo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

impresionante....

Esther g dijo...

esta noche estoy rendida..... trabajar de azafata es duro duro...
Pero este momento me encanta.... llegar a la cama y antes de dormir, leerte. Me gusta mucho todo lo que haces. no me canso de decirte que eres increíble, impactante... sin conocerte hay días que pienso en ti y me pregunto si habras escrito algo nuevo...
leyendo este texto siento un poco de envidia "sana"...
Hay alguna chica que no se haya sentido feliz contigo al lado?
Me encantas... tengo muchisimas ganas de conocerte...
oye tu no lees el correo electrónico? te he escrito varios correos...
Buenas noches guapo
besos

Esther g dijo...

echo de menos nuevas letras aquí... cuando escribirás???
estas Navidades no me he podido conectar y me he acordado toooodos los días de este blog y de ti... que habrá sido de ti? :)
seguro que estas preparando el texto mas maravilloso del mundo...

un besazo escritor...
tengo ganas de conocerte! muchas!

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