martes, 19 de octubre de 2010

abandonar

energy
Del modo de editar un final inesperado aunque sí anunciado, nadie, absolutamente nadie, conoce la fórmula y por ende, tampoco el resultado. Se contrae el cosmos, la piel, los órganos y los tejidos también no visibles del cuerpo y la mente, se arruga el espíritu. El de hoy es un dolor insoportable. Porque produce desazón, no sólo duele internamente, hiere. Podría decirse que uno desea por momentos que algo sobrenatural tenga lugar y que lo arrastre. Si ahora mismo fuese posible, pediría a todos los dioses de todos los elementos que la tierra me tragase. Que se tomase su tiempo, pero que me tragase y no dejara ni un solo atisbo de mi. Hacía años que no me sentía así, y la última vez recuerdo que fue por un cambio brusco de costumbres que fue  involuntario. Pero no, tampoco es comparable. Hoy es un día triste como ningún otro.
Visto así porque nadie puede nunca rechazarnos, y menos aún cuando expresamos nuestra más última y única voluntad de que todo se convierta en sonrisa y sonora paz. Si abrimos nuestro corazón y nuestro entendimiento a una persona y ésta nos rechaza, se producirá un vacío inmenso, un silencio que por momentos se hace insoportable en nuestro interior y por último una desorientación dolorosa.

Existe la falta de noción, de la necesidad de entenderlo todo de una sola vez, sin fragmentar nada. De quitarse esta dolorosa espina. De llorar un día completo si es necesario, para saciarse y no volver hacerlo en años. Aún me queda medio día.

Abandono Mérida hasta Diciembre, y abandono también ésta sensación, y abandono los espacios; me apetece abandonar muchas cosas durante una buena temporada. Estaré en un pueblecito perdido, trabajando, leyendo, dibujando, contemplando, asimilando y viviendo en un bucle, en esa pequeña superficie que se ha convertido en mi estudio preferido. También cabalgaré cada día sobre una bicicleta por senderos que no llevan a ninguna parte; eso me sienta bien.
Y lo único que me eleva ahora mismo es sentir que puedo aceptar la invitación de Marcos, para alojarme en su casa durante algunos meses. Sé que ese lugar es único, y lo sé porque es nuevo, diferente, porque tiene unas vistas imprescindibles y porque está rodeado de nuevas gentes y nuevos espacios llenos de nuevas cosas. Cosas por hacer. Pagaré religiosamente el alquiler, cocinaré cada día sin preocuparme del mañana, madrugaré cada día para trabajar después de un largo paseo matinal y viviré para contarlo. 
Lo abandono todo mientras escucho a Jorge Drexler y pienso en lo mucho que me gusta hoy el verbo abandonar, y entonces abro el diccionario y leo sus diferentes acepciones:
  1. Dejar, desamparar / 2. Desistir, renunciar / 3. Dejar un lugar / 4. Dejarse dominar por afectos, pasiones o vicios / 5. Descuidar los intereses, las obligaciones, el aseo personal o la compostura.
Creo que son las definiciones 3 y 4 las que más identifico con mi próximo abandono.
Dejar un lugar. Sí. por desamparo emocional supongo.
Dejarse llevar por afectos, pasiones o vicios. También. Porque puede que se trate de un principio de algo ya hace tiempo anunciado. 
Y para quedarme más tranquilo con mi abandono, enumero los proyectos en los que ando enfrascado. Me dispongo a abandonar de momento esta ciudad. La imagino de pronto convertida en una ciudad desamparada, huérfana, abandonada a su suerte. Y no me importa ni lo más mínimo.
Cuídense y déjense llevar por la paz absoluta. Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable.
Remar.

 

5 comentarios:

Juan dijo...

Compañero, le arrolló el tren.
Es usted francamente inteligente, escribe y se expresade manera inteligente, observa de manera inteligente y se me antoja que vive de manera muy inteligente también.

Yo me siento un poco como usted ahora, jurarìa que esas palabras que lleva escribiendo durante los últimos textos son mías (permitame sentirlas como mías). Y eso es lo que me hace estar pegado a este blog en estos últimos días desde que llego a casa. Me siento acompañado, es como un refugio, como ese lugar en el que uno se siente mas cómodo que en su propia casa. Ahora mismo le daría un fuerte abrazo Jose.

Solo puedo decirle una cosa: estoy seguro de que quien le ha rechazado se arrepentirá. No me cabe la menor duda.

Descanse y olvide, es la mejor manera de paliar el dolor.
Y por favor, no deje de escribir.

Buenas tardes.

Marcela dijo...

Me encanta la canción. Me encanta el texto. Me pone el bello de punta. Me encanta entrar y ver un texto nuevo.

Hace unas semanas hablaste de esto. Y recuerdo algo de los campos elíseos. ¿por que no te fuiste a los campos elíseos? ¿Preferías que te arrollase el tren?
El texto s muy triste, pero le siento algo positivo. Me gusta.

Espero que le sirva el abrazo que le mando.

Buenas tardes.

Martina dijo...

Quien rechaza es porque no quiere, le sobra o no ve.
Y para no verte a ti ya hay que estar ciega.
¿Pero sabes que te digo? Que lo que no te mata te hace mas fuerte.

Tengo ganas de conocerte, y cada día que pasa mas. Nos vemos en diciembre.

Un abrazo muy muy fuerte y no llorés. Eso le da otro sentido al texto. Estoy con Marcela, veo algo positivo. Y me encanta lo de la bicicleta...

Buenas tardes.

María Salamanca dijo...

Me encanta que hayas vuelto a este espacio.
Me ha hecho mucha ilusión de verdad.

hoy ademas me has hecho descubrir una nueva cosa. Esta cancion es preciosa, preciosa, preciosa y este autor no lo conocía.

Un abrazo enorme.

Gracias por volver.

Anónimo dijo...

Felicidades por el blog. Es un soplo de optimismo.
Escribes muy bien

Free counter and web stats