viernes, 19 de noviembre de 2010

Sin noticias de….

cena

Les dejo un texto que acabo de recibir hace unos minutos en mi correo electrónico y sin previo aviso de Violeta, una chica que conocí en Madrid por casualidad.
Me he quedado sin palabras… Me encanta el texto. Gracias, muchas gracias Violeta. No sabes la sonrisa que me has encendido.

Ensalada de endivias y queso panela asado, con manzana frita aderezada con pimienta, sal, canela molida y miel.

- ¿y cómo vas a hacer eso?
- me pasas ese plato por favor...
- ¿éste?
- sí... gracias.

Empezó colocando una cama de endivias sobre el plato, era muy extraño el modo en que las colocaba, la dedicación que ponía en cada movimiento, y aunque aparentara que era un acto mecánico, nada de eso, él tardo unos instantes en colocar las lechugas sobre el plato, cuando quedó completamente convencido de que cada hoja estaba en donde tenía que estar, tomo un trozo cuadrado de unos 5 X 5 cm. de queso panela asado y lo colocó sobre la lechuga, ligeramente cargado hacia el borde del plato -"No hay nada mas terrible en este mundo que las cosas centradas"- dijo. Acomodó la manzana cortada en forma de medias lunas en una esquina del queso formando una especie de abanico.

 
Su mirada se alejo unos instantes del plato, encontró lo que buscaba, orégano, cogió un poco, en la palma de la mano izquierda sostenía el orégano y con el pulgar de la mano derecha haciendo pequeños y lentos movimientos circulares, comenzó a molerlo. Por unos segundos el aroma a orégano inundo la cocina. Lo esparció sobre la manzana, el queso y las endivias.
Tomó la botella de aceite de oliva, le puso un chorro y luego le puso unas gotas de vinagre balsámico. Abrió un cajón que se encontraba a mano izquierda y de ahí saco ajonjolí y almendras rebanadas que esparció sobre la ensalada. Solo faltaba algo; del refrigerador saco una salsa roja, era una salsa de chipotle con comino, cogió un poco con una cuchara y puso cuatro puntos, dos sobre el queso y dos sobre la lechuga.

Plato fuerte

1.- Salmón en salsa de mandarina, albahaca y cardamomo, acompañado de arroz blanco con cardamomo y mantequilla fundida con ajo.
2.- Róbalo en cubos con flor de jamaica y chiles secos, acompañado de setas al limón y canela.

- ¿Que mas va a ser?-le pregunté-.
- Espera... –me dijo-.

Eran las 10:47 a.m. él esperaba a que le despacharan el salmón que acaban de pedir, cuando por fin se lo dieron, empezó a recorrer los pasillos del mercado de Fuencarral, "que lugar tan increíble" decía, al mismo tiempo que miraba de frente un faisán muerto, llegó a un local donde venden quesos y embutidos.

- ¿Qué le vamos a dar joven?
- ¿A como está el queso camembert?
- A 13 €.
- Me da uno por favor...
- Aquí tiene, ¿algo más?
- No no, muchas gracias... es todo. –dijo mientras sonreía-.

Continuó por el mismo pasillo hasta llegar a otro puesto en donde vendían todo tipo de hongos, portobello, setas, hongos silvestres, etc. Es un puesto donde siempre hay un poco de todo, y siempre es distinto.
Todas las veces que he pasado a comprar ahí, siempre he encontrado algún tipo de hongo que no conocía.
Él compró unas setas silvestres que a su parecer son una belleza. Las pago y siguió con sus compras. Compró seis mandarinas, le gustaría comprar mas, pero como su estancia en Madrid sería breve estimó un cálculo aproximado.

También compró albahaca, manzanas, naranja, fresas y zarzamoras. Terminó con sus compras y dio una última vuelta por el mercado, solo por el gusto de ver y para saludar a las señoras de las especias, que de un tiempo a la fecha se habían hecho sus amigas. Eran del tipo de Sara García, viejitas con cara de portada de envoltura de chocolate, lo que a "él" mas le fascinaba de ellas era que podían conseguir la especia más rara del mundo y por supuesto todo de manera ilegal. "Que lugar tan increíble".

Camino de regreso a casa recordó que se le terminó el comino, entonces desvió un poco su camino para pasar a otra tienda de especias que conocía, llegó y pidió comino molido, en lo que se lo despachaban observaba la tienda y pensaba "un día voy a tener en mi cocina todas las especies que tienen aquí, además de las que consiga allá", le dieron el comino, lo olió, pagó, besó a la dependienta a la cual ya conocía y salió de la tienda.
Al llegar a su casa lo primero que hizo fue sacar el pescado y el queso y los guardó en el frigorífico, después lavó la lechuga y la puso a desinfectar y repitió la misma acción con la fruta.
Sacó de un cajón un cuchillo. Puso la tabla para cortar sobre la encimera, empezó cortando la manzana, después cortó el queso panela, a continuación picó cebolla y ajo. Abrió la puerta del horno y sacó dos pequeñas cazuelas y una sartén. Puso agua a hervir en las cazuelas, una para hacer arroz y la otra para poner a hidratar la flor de Jamaica. Puso la sartén en una parrilla y cuando estuvo lo suficientemente caliente puso el queso panela a asar, cuando sacó el queso, a la sartén le puso aceite de oliva, echó las manzanas, las salteó, las condimentó con un poco de sal, pimienta y canela molida, cuando la manzana comenzó a dorarse y a cambiar de color, sacó de un armarito pequeño un bote de miel de abeja, le puso un poco y salteó un poco más las manzanas, cuando terminó con esto las sacó de la sartén y las puso en un plato.

A continuación, en la misma sartén y sin limpiarla, puso a freír el salmón, al que sólo le puso sal y pimienta. Cuando estuvo dorado el salmón por los dos lados, lo sacó y puso el otro pescado que ya había cortado en cubos, lo coció y lo apartó en otro plato. Sin dejar que pasara un instante volvió a poner aceite de oliva en la sartén, echó cebolla, esperó a que se sofriera, puso ajo, y chile de árbol.

Cuando el aroma del ajo y los chiles inundó toda la cocina puso un puño de la flor de Jamaica que ya estaba completamente hidratada y la salteó unos segundos, comprobó que estaba bien de sal y pimienta y las apartço en otro plato.
Sacó la Jamaica de la sartén, respiró hondo y profundo, cerró los ojos y continuó.

A las setas le puso zumo de limón, sal, pimienta y canela molida, las puso en la sartén y éstas empezaron a emitir un sonido al contacto con la sartén caliente -"es extraño, cada cosa tiene su propio sonido, su propio idioma, es como si hablara, pero mejor esto me lo callo, si no ella va a pensar que estoy loco"- pensaba cuando veía las setas saltar en el sartén.

La salsa de mandarina con albahaca, fue rápida de hacer, sólo el zumo de mandarina en una cacerola junto con media copa de vino blanco, sal y azúcar. Cuando se evaporó el alcohol del vino colocó bastante albahaca y sacó la salsa del fuego.
El salmón lo colocó en un plato junto con arroz blanco, el cual tenia forma de un molde circular, cuando ya estaban colocados, vertió la salsa de mandarina sobre el salmón dejando que cubriera todo el fondo del plato, esparció almendras ralladas sobre el salmón y sobre todo el plato esparció ajonjolí negro y para finalizar colocó unas hojas de menta en el arroz.
Para el otro plato combinó el pescado que estaba cortado en cubos con la flor de Jamaica, la combinación la puso en un molde circular para que tuviera una mejor presentación. En el fondo del plato puso un abanico con las setas, encima y al pie de las setas colocó el pescado con la flor de Jamaica.

- Oye que rico, la combinación de las setas con el pescado… que rico.
- A ver… si esta bueno verdad…

Postre

Queso camembert en salsa reducida de frutas silvestres.

4 días después…

- Gracias por esa cena fantástica a la que me invitaste sin apenas conocernos, estuvo deliciosa.
- De nada, fue un placer ¿sabes? he estado pensando mucho en eso y creo que lo mas sabroso de todo fue la compañía…

 

A mí me encantó verle cocinar y acompañarle en mi día libre desde Torre España al mercado de Fuencarral para comprar cosas que ni yo sabía que existían. No podía dejar de mirarle, era expresivo con la gente, sonreía a todo el mundo, sabía lo que quería, lo olía, lo miraba y regateaba el precio como nadie. Mientras cocinaba no paraba de hablar en un tono muy vivaz que me despertó la risa más de veinte veces.

Y sólo tuve la suerte de estar en el lugar preciso en el momento preciso. Me preguntó por una oficina. Le indiqué. Ya sentí algo diferente, por su olor y su sonrisa, su manera educada y tan amable de dirigirse a mi.

Después no volví a saber nada más de él hasta 3 horas después. Reconozco que yo estuve un poco pendiente a su salida. Me crucé con él, le pregunté qué tal todo y qué hacía allí. Me habló de este espacio, le sonreí y me invitó a una cena con unos amigos.

Dudé unos segundos y me dijo: –No es una cita, es una cena y necesito saberlo para comprar los ingredientes-.

Le dije que sí sin pensármelo. Creo que por su olor. Y por su sonrisa.

Y como mi turno terminaba en diez minutos le dije que tomase algo mientras yo recogía mis cosas y le acompañaba al mercado.

A la mañana siguiente llamé a mi madre y le dije: Mamá, me encantan los hombres que cocinan bien…

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Uala! !No me esperaba que lo subieras! Me he puesto hasta colorada...
Pues si, es que a mi me sorprendió verte cocinar.
Me encantó.
Por cierto... ¡Que guapo en la cabecera!.

Un abrazo Jose.

sobrino dijo...

Pues yo estoy sorprendido de lo observadora que eres. Hay pasos que yo ni recuerdo, pero es que yo improviso mucho en la cocina. Se me va la cabeza vamos...

A mi me encanta leerlo. Es como una minibiografía. Le doy un 10 al texto.

Los momentos los hacen especiales las personas. Y un momento tan común lo has convertido en algo muy especial. Impresionante.

los comentarios de hoy son para tí. Yo hoy soy un espectador más.

un abrazo Violeta.

sobrino dijo...

Y me importa muy poquito la moneda y el pago y todo lo relacionado.

0 comentarios más.

No puedo estar controlando esto todos los días. Comentad los textos, lo demás es incomentable. Además de que no hay nada que comentar.

Yo me alegro del bien de la gente.

Feliz día a todo el mundo.

Maria Salamanca dijo...

Jose, me encanta el texto de ayer. Uf...

Y este de tu amiga Violeta, también me encanta. Pero sabes que? que me hace sentir un poco de envidia. me gustaría haber estado en ese mercado, comprando, viendote cocinar después y tener una sobremesa contigo.

Eres un tipo de los que ya no quedan. Un beso enorme Jose.

Juan dijo...

Enhorabuena Violeta.

Me encantó leer el texto. Que precioso momento. Es muy apetitoso.

Este sitio está aglomerando a gente muy buena literariamente.

Parece que ese tiempo desaparecido le ha venido muy bien Jose.

Un fuerte abrazo.

Martina dijo...

Sin palabras... qué capacidad.
Me encanta el texto, es muy fluido.

Bueno, esto me dice que en un mes tenemos que conocernos si o sí cuando vaya a España.

El texto de ayer lo he impreso, porque me da una paz...

Eres muy bueno.

Un abrazo fuertísimo.

Anónimo dijo...

Me encanta el blog. Escuché un fragmento en radio nacional anoche.

Genial. Muy especial.

Saludos

Violeta dijo...

Oooooh! y has puesto mi canción favorita! Gracias. La verdad es que le pega al texto. Estás en todo...

Gracias a todo el mundo por sus comentarios. La verdad es que no me había pasado algo así nunca. Es la primera vez que alguien lee mis textos como míos. Normalmente la gente recibe lo que escribo y en las noticias, habladas por algún presentador.

Gracias Jose. Desde que te conozco tengo una sonrisa de oreja a oreja. Eres una persona impresionante.

Una experiencia más por tu culpa. ;)

Raul dijo...

La letra de la cancion es impresionante. Que profunda. Y que voz.

El texto de hoy me parece muy bueno.
Y el de felicidad controlada por radar, coincido en que es muy bueno.

un saludo desde ciudad real

Marcela dijo...

Maravilloso el texto. Eres un personaje especial y parece que te han descrito en tu ambiente.

Me gusta mucho como escribe tu amiga. ¿Tiene blog personal ella? Estaría interesante saber la url.

Por cierto man, el texto de ayer increíble.

Un abrazo y no dejes de escribir

Rafael dijo...

Precioso el texto de hoy. Me parece muy bello.

Es una historia muy bonita. Os cruzásteis dos personas muy interesantes.

Esas amistades son las mejores.

Enhorabuena de nuevo por el blog.

Anónimo dijo...

Es un texto de alta cocina. Nunca mejor dicho.

Me sorprende que se pueda cocinar con palabras.

Parece un amor a primera vista de estos de película.

Magnifico blog. Y comparto que el texto de ayer es superior.

Un abrazo.

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