miércoles, 22 de julio de 2009

Playing to made

Si, playing to made, "jugando a fabricar".


Es como si tras la angosta tarde de verano se escondiesen brisas de aire muy marino. Como si caminasen ejércitos repletos de algarabía por las entrañas. Y esta tarde me apetecía reír. Y cocinar sobre todas las cosas. Me apetecía señalarme razones a mí mismo para acabar reconociendo que yo debo ser quien soy ahora, una especie de despojo traumático que ha sido traido hasta los pies de ésta siesta como arrollado por un torrente de agua muy fina y delicada.


Las nubes ya no son lo que eran, y por las noches hay una especie como de rumor de cosas que hacen chasquidos muy secos cuando el viento mece esas mismas cosas contra otras cosas cercanas. Y esos choques naturales de unas cosas con otras me recuerdan que ya debería estar besándote en noches como esta, donde todo parece estar hecho a tu medida. Aunque me digas que me equivoco, si lo sé, pero creeme que ahora todo parece estar hecho a tu medida...


Un solo tacto, un solo gesto basta para consumir esas pocas cosas que ahora ya no se mueven, se quedan intactas como esperando que alguien diga algo, como murmurando mientras yo sigo viendo tu boca más cerca y enredo tus cabellos en mi nuca para acabar meditando con un halo de otros dioses que vivieron en un 5º piso en una avenida muy al norte de una ciudad que hoy se llama como tú.


Soñar a veces es la licitaión de lo que cupimos ser y no fuimos. Es ese deseo continuo que gotea expreso de contener cosas que ya nunca sucederán, es como ver por televisión un programa que nunca vivirás en "prime time", se ve todo igual de intacto, las manos cubiertas por tu reloj de muñeca simple y plateado puestecito en tu mano izquierda, tus pantalones ceñiditos al cuerpo, el viento de poniente y una música que dice que nada se pierde, sino que por caridad divina de tu boca pegada a la mia, se transforma...

Y es entonces cuando varios mundos a la vez giran en torno a ti, dejándote consumida por otra boca que no es tuya sino mia, y que viene a decirte que después de ti ya no hay universos, ni aves que vuelen más alto que mis ojos, ni horizontes ni ventiscas, ni tampoco tormentas, ni otros haberes meteorológicos ni lógicos.
Entonces se hace paso una luz sin huesos, que me inunda tanto que no sé ni dónde esconderme. Y suenan pasos y una berbena popular traida por tu aliento express, en trenes que cabalgan hasta más allá de mi estómago, produciendo una extraña sensación de vibrantes soles que con expectante fulgor mandan caballos de Troya con sonrisa Profidén directos al hipotálamo, donde ahora sí, hay nubes de color malva muy clarito y llueven frases que terminan con un icono tal que así :), y vienen a caer en el oído donde escucho una sirena de faro hasta donde llegan barcos cargados de mercancías con especias y esencias traídas de muy lejos y cargados de hombres deseosos de verte feliz.


Y es entonces cuando un ruido natral me trae hasta lo que realmente es, la realidad. Y siento que, aunque yo esté fuera, me queda la felicidad de saber que, al menos, esos mundos, con sus exquisitas meteorologías y sus ruidos de música muy tímbrica, con sus nubes malváceas y esos vértigos de precicpicio cerca de tu boca, existen fuera y dentro de mi. Y tengo que empezar a sentir que fuera de ti también existen, que se manifiestan en otra boca que no es la tuya.

Después de todo, es lo único que me queda. Y eso al menos, me hace feliz.

No saber nada de ti me teletransporta a cosas que nunca quise reconocer. Y me hace enfrentarme a ellas como titán, dejándome la lengua por fuera de cansancio, abatido, y entre tanto debo prometer que yo ya no sé dónde vivo.

Feliz dia a todos y todas.

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