martes, 7 de abril de 2009

Atomic orange

Antes, como mucho, la mahonesa era Ligeresa, a secas, ya está, no más, no insistas. Eso quería decir que estaba hecha con poco aceite, y que al huevo le habían quitado las grasas saturadas de la albúmina así como sus proteínas (no todas, tampoco era necesario). Bueno pues ahora está la Mahonesa Ω3 que posee potasio, omega 3 (por si no había quedado suficientemente claro), triglicéridos, minerales M-153,154 y 189 todos ellos activos, “l”caseis, calcio, magnesio, inhibidores de frecuencia, es baja en grasas, en calorías, en kilojulios y sales… Pero tranquilos, porque aparece un adhesivo verde circular donde, para abrir el recipiente, has de leer: Hecho con aceite Virgen Extra, (100% por si te había quedado alguna duda). Y sea como fuere, lo es, es de aceite de oliva virgen extra 100% (por el precio debería serlo) aunque éste aceite de ésta mahonesa en concreto proceda de una pócima secreta venida de semillas de girasol pero que lleva unos polvos mágicos que hacen que tenga un sabor a oliva con un 61,8 % de acidez. (Grado propio para un paladar exigente de ciudad que lo más cerca que ha visto un buen aceite de oliva ha sido en una pantalla TFT de 19”). Vamos, igualita como la que hacía Mamá con el aceite que le daba la abuela cuando íbamos al pueblo, cuando uno presumía de ser pequeño claro… y cuya mahonesa/mayonesa era el mejunje perfecto para ese espárrago blanco grueso y tierno… pues esa. Mamá tardaba 3 minutos en hacerla… y eso si no se le cortaba por la acción del huevo con el aceite… (coeficientes de saturación disimiles). Esta gente de la “Nueva supermágica Mahonesa baja en todo y alta en todo que viene a ser la ostia en todo” la hace en cinco minutos, pero eso si, en 5 minutos hace lo equivalente a lo que mamá para hacer debería pasarse unos 7 meses haciendo Mahonesa sin parar. Pobre Mamá. Mamá, si lees esto no pienses ni que estoy loco ni te me pongas ahora a hacer mahonesa, porque tú sabes que no es tiempo, que con el calor no es tiempo de mahonesa, es tiempo de algo más ligero, y menos enfermizo (por el riesgo a salmonella y botulismo). Mamá sabía siempre lo que se hacía. Yo recuerdo que con un golpe en el borde del recipiente donde la batía, ajustaba todos los hidratos, proteínas, calcios y magnesios, los triglicéridos y los “elecaséis” (LK6), todo en un solo golpe. Ayer me hizo mahonesa para el experimento en el laboratorio. La tengo en el laboratorio. ¿Los resultados? Saltan a la vista… he unido ligeresa con “mamáhonesa”. No tienen nada que ver. Ligeresa es cadavérica bajo la lente de 300x de zoom… “mamáhonesa es maravillosamente real, sus moléculas son bellas, uniformes, redondas como mundos, el color es ámbar y la pared molecular es gruesa, muy hidratada. De Ligeresa ni hablo… Un cristal bajo el microscopio con una muestra de ambas a la vez delata a Ligeresa. No hace ni falta… el aspecto es muy diferente… claro que para saber si lo que tenemos es bueno o no siempre hace falta tener un referente, otra cosa a lado, con la que comparar, observar, distinguir y emitir un juicio justo. Si vamos a ser injustos mejor quedémonos en casa. ¡Que ambas cosas hablen por sí solas y que gane la mejor!. “Mamáhonesa gana”. El vacío que se le hace al bote de Ligeresa Ω3 es mediante procedimiento calorífico para que las moléculas de O2 se gasifiquen y salgan dejando el bote sin aire (por eso suena el Ploc! al abrirla). Pero la mahonesa no debe calentarse… si se hace después ocurre lo que se ve (una concentración gelatinosa en la superficie… y aunque no se vea en algunos casos, un pequeño hilo amarillento alrededor. Mamá hacía el procedimiento del vacío mediante el baño María… pero a la mahonesa… mamá nunca metería mahonesa al baño María. Con todo pasa igual. En mi laboratorio tengo muestras diseccionadas de al menos 9 marcas de mahonesa/mayonesa, 5 de queso “fresco”, 7 de verduras, 5 de tomates triturados, en trozos y enteros, 11 muestras de aguas de diferentes lugares y colores, sabores y concentraciones. 8 muestras de pescados envasados en aceite (esto incluye atún, caballas, ventresca, lubina, merluza y una variedad de moluscos tales como mejillón dorado, pulpo y calamar con y sin tinta (quien dice tinta dice colorante con una sedimentación rápida que recubre y baña al producto en sí). Refiérome a: la tinta del calamar, sirva éste como ejemplo, es un líquido (sustancia) que éste molusco cefalópodo segrega para teñir el agua y así escapar (huir) de sus perseguidores. Esto quiere decir: si deseas comer una tinta de calamar confitada perfectamente y con su sabor característico y esto deseas obtenerlo de un recipiente de hojalata, deberías pues lanzar dicha lata por el suelo del supermercado (mejor si ésta es redonda para que así ruede y pueda iniciarse una persecución) y “perseguir” a dicha lata durante al menos 4 segundos. No vale lanzarla como disimulando debajo de las estanterías del súper y después cogerla (así el calamar no se siente perseguido y por lo tanto no segrega la tinta). Para ello láncela, y corra tras ella, así el calamar quizá segregue su característica tinta y usted disfrute del sabor característico (que por cierto es amargo y no salado ni negro rojizo de pimentón como es el de la lata). Compruebe si así lo desea, compruebe… en mi muestra colocada en el dispensador de elementos por masas (fuerzas centrífugas) las partículas colorantes-pigmentarias negras salen fuera (pesan más que el líquido acuoso hidratado con el que se mezclan como médium que parece aceite y que no solo lo parece sino que lo es, pero en muy baja cantidad y esa baja cantidad está incluida por su propiedad conservante, no olvidemos que la densidad del aceite aísla completamente lo cubierto por ella haciendo así un vacío efectivo. Esta densidad hace que el producto esté impermeabilizado (cinéticamente es entendible). En el microscopio he observado que este aceite es transparente (es una mezcla química con otros elementos tensioactivos que recubren el producto y generan una masa uniforme. La tinta del calamar por lo tanto debe haberse quedado perdida por el camino (o ha debido ser comprada por restaurantes caros y lujosos que no usan tinta de lata precisamente). Lo peor de todo y más alarmante es que he cogido una naranja del cesto y al diseminarla y coger un trozo de cáscara blanca interior… han salido dos partículas de masa atómica (vamos que he visto protones y neutrones y alrededor una gran cantidad de electrones. Esto me ha alertado tanto que estoy pensando en invertir en mi laboratorio un poco más de dinero (esto empezó como un hobby para medir el agua de un pozo, calidad de tierra, de abonos, fertilizantes… pero ahora que me he puesto a investigar… y me sale esto… una naranja atómica… puede que el mundo esté en mis manos y yo sin darme cuenta… de que tengo un naranjo atómico… Obama y los rusos deberían echarse a temblar… ¿quién ha dicho arma de destrucción masiva? No no… perdone… es “naranja de cáscara atómica, “atomic orange vamos”. Bueno, ahora me toca descansar. Llevo un día de laboratorio muy intenso… prometo controlar la calidad de lo que comes, y así, cuidar de ti como te mereces. Y negociar con los altos cargos sobre el poder del mundo, para que por lo menos, este trocito tuyo y mío, sobre el que dormimos y amamos cada noche, sea siempre libre y nuestro. (Ahora suena una especie de música ultrasónica y aparece un calamar con 124 tentáculos y 45 ventosas en cada uno de ellos (por lo tanto 5580 ventosas en total). Me rodea la cintura y me engulle después de segregarme con tinta negra toda la camiseta blanca de fibras de algodón almidonado. Yo me limpio la frente, lo miro y le digo: ¡Qué haces aquí! ¡Te dije que te metieras en la lata!). FIN DEL ACTO I. Soy feliz. Sean felices ustedes homónimamente. Y sonrían. Un fuerte abrazo.

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